- Es al Buda
Histórico,
Sakyamuni Buddha, Sidharta Gautama ya iluminado, al que reconocemos como nuestro Maestro
último; quien liberándose del sufrimiento y buscando liberar a
todos los seres sintientes de sus sufrimientos, por esfuerzo personal, en su condición de ser humano
alcanzó el estado liberado del sufrimiento y se convirtió en
Maestro y Guía de la primera Comunidad, quienes practicaron y
transmitieron las enseñanzas apegándose a lo escuchado de él,
conservadas en la tradición oral hasta que
fueron escritas y luego preservadas por siglos de esfuerzo generoso,
heredándose de generación en generación hasta llegar a nuestras manos.
En homenaje a todos los Maestros del Pasado, es nuestra obligación el
estudio riguroso de las escrituras y su revisión constante para
asegurar su transmisión a la siguiente generación y a las venideras,
con total apego a su mensaje original.
- La Enseñanza (Dharma o Damma)
del Buda se aplica a la liberación del Sufrimiento en el
sentido del sufrimiento emocional,
al que todo ser humano está sujeto por el hecho de vivir en esta
realidad tal y
cómo es, con su biología, condicionamientos, cultura, experiencias,
educación, relación
con los demás, formas de vivir y creencias. La enseñanza del Buddha no
nos aisla de la experiencia de la vida, que incluye: la enfermedad, la
vejez, la muerte, los cambios y pérdidas, como tampoco evita las
consecuencias de nuestros actos; pero nos permite desarrollar
ecuanimidad frente a estos aspectos naturales.
Esta ecuanimidad evita que sumemos más sufrimiento emocional a esos
estados, evitando aumentar nuestra confusión y previniendo encadenarnos
a más sufrimiento.
El Dharma nos muestra: el
origen y
cesación de dicho sufrimiento, que cesa mediante la práctica de la Enseñanza del Óctuple
Noble Sendero y de la vía del Camino Medio. En sus
instrucciones
también nos dice que las características del ser incluyen: Una
propensión al
Sufrimiento o insatisfacción (Dukka), por apego, rechazo, pérdida o
ausencia;
la transitoriedad de todo en el universo (Annicha), el constante
cambio
y transformación; y la inexistencia de un yo fijo (Annatman)
o
esencia
separada de los fenómenos, cosas y personas; recalca tambien que en la
realidad transitoria del
universo todo es un conjunto de otras cosas más, sin una escencia fija
o separada, este conjunto combinado se mantiene operando cuando las
condiciones son apropiadas, degenera y luego cesa en su función cuando
las condiciones no son apropiadas, por
lo que no
es posible la existencia de una entidad permanente; esta ausencia de un
yo fijo
es lo que conocemos como Vacío o Suññata: la configuración que
somos
provisionalmente, mientras funciona y se mantiene funcionando mientras muta es
nuestra
naturaleza última.
Al ser mutable todo, incluyendo el sufrimiento
mismo, no
tiene esencia fija, lo que nos da la posibilidad de desarrollar el cese
del
sufrimiento y obtener la libertad del no sufrimiento, al no estar
condenados a
un yo fijo y eterno, esto nos posibilita reeducarnos, cesar y
trascender
nuestro sufrimiento, para alcanzar la paz mental que es en sí la
felicidad
duradera en esta vida. Para liberarnos del sufrimiento y de las
ilusiones
que lo provocan el Maestro Sakyamuni Buddha nos dejó herramientas que
son la Ética
y Moralidad (Sila), el Cultivo de la Mente (Samadi, también conocido como "meditación")
y la Sabiduría (Prajna) que devienen en Compasión y
Amor
Benevolente.
- Las Enseñanzas
del Buda,
son propiedad de todos los seres sintientes, son verdades naturales,
que aún desapareciendo del todo en una era, cuando en otra, una
consciencia realice su naturaleza original y elimine su sufrimiento,
serán refundadas y puesta de nuevo en marcha la Rueda del Darma.
Así que, pudieron haber muchos Budas en el pasado, en el presente hay y
en el futuro habrá. Pero la Enseñanza es una y puede ser accedida por
todo ser sintiente consciente, desde su condición actual hasta aprender
el conocimiento y la liberación del sufrimiento. Ya que somos
afortunados por contar con ella, es nuestro empeño contribuir a la
liberación de todos los seres compartiendo en nuestra era la enseñanza
como nos fue transmitida, entendible y cercana para todos los seres que
quieran liberarse de sufrir.
- Aseguramos que
todos los
seres humanos podemos acceder al estado de vida sin sufrimiento que es nuestro
estado innato y nuestro derecho de vida. Pero que solamente por decisión individual, práctica constante,
voluntad disciplinada y esfuerzo continuado es que puede
realizar ese estado inherente a todos los seres sintientes: La iluminación o Budeidad, cuya
experiencia es conocida tradicionalmente como Nirvana.
Mientras no practiquemos continuaremos en un estado de vaivén emocional
basado en el placer y su búsqueda, la ira, el temor, la envidia, el
odio, la avaricia y la vergüenza que sólo generarán más sufrimiento, la
realidad cotidiana del mundo ordinario que tradicionalmente llamamos Samsara. Sólo mediante una práctica
desde el Samsara se puede
realizar el Nirvana.
- Por lo tanto la Enseñanza
es validada y revisada por cada practicante que se somete a su estudio, práctica y vivencia. La
realiza y comprueba con su propia experiencia; no requiere de
credulidad, fe ciega en teorías, imaginaciones o fantasías; es comprobable y sujeta a análisis,
discusión y revisión.
Se concreta por propia experiencia y esa experiencia hace que sea
verdadera en el mundo cotidiano.

No se requiere ser un ser especial
para practicar la Enseñanza, cada uno puede acceder a ella de acuerdo a
su estado inicial y aspirar a la iluminación si se hace el esfuerzo
correcto para eliminar los hábitos mentales y visiones erróneas que
llamamos obstrucciones. La única fe que demanda es la fe en que uno
puede liberarse a sí mismo del sufrimiento si hace el esfuerzo
suficiente, disciplina su mente y su comportamiento.
Entendemos el Karma
como las consecuencias de las acciones, el que, una vez ocurrido, no se
puede más que examinar y aprender, ya que es inmodificable. Sostenemos
que sólo es
posible decidir cambiar el Karma
del
momento presente, tomando otras decisiones para mejorar a partir de
ahora y hacia el futuro, pero
esto depende enteramente de la claridad individual y del esfuerzo
consciente, absolutamente personal y único. Rechazamos que la realidad
del efecto del Karma
pueda cambiarse por medios supersticiosos o mágicos y sostenemos que
solamente practicando la paz mental esta se desarrolla y establece, sin
necesidad de depender de otros medios o explicaciones no comprobables.
Reconocemos la necesidad del estudio, desarrollo del conocimiento y
crecimiento espiritual que el ser humano tiene, apreciamos y valoramos
los beneficios evidentes de la Ciencia y la Tecnología en los campos de
la Medicina, Psicología, Biología, Ingenierías y otras que dan
resultados tangibles sin necesidad de creencias o explicaciones
fantasiosas, por lo que respetamos sus principios y al entrenar a
otros, nos atenemos a un criterio
realista, pragmático y escéptico,
procurando que cada practicante compruebe en sí mismo la realidad del
Dharma y evitando explicaciones folclóricas, especulativas, o que
demanden credulidad, aun siendo tradicionales o herencias históricas
del Budismo, descartando las que no tengan forma de ser demostradas y
dependan del dogma.
- Reconocemos la necesidad
de la vida en común en nuestra sociedad, buscamos ser agentes
del bien común y de hacer
comunidad con otros practicantes para
apoyarnos, inspirarnos, corregirnos y acompañarnos en el Sendero Budista,
somos ante todo una fraternidad de practicantes de las enseñanzas del
Buda y por lo tanto nos apoyamos en la tolerancia,
la confianza y la unidad.
Así mismo nos organizamos inspirándonos en las formas tradicionales que
han permitido la difusión del Budismo desde su fundación y aprendemos
de ellas para asegurar que nuestra comunidad sea estable, floreciente y
duradera. Las reglas y jerarquías se imponen y siguen siempre bajo un
criterio de sabiduría y lógica comprendidas y por lo tanto acatadas sin
resistencias, y son impuestas con consideración y compasión intachables.
- Practicamos la buena
voluntad hacia otras escuelas y practicantes del Budismo,
tanto tradicionales como contemporáneos, reconocemos la necesidad de
diferentes medicinas para los diferentes grados de la enfermedad del
sufrimiento y agradecemos el esfuerzo que otros hacen desde sus propias
escuelas para la gran tarea de limpiar el sufrimiento del mundo, por lo
que los tomamos como hermanos espirituales. En la convivencia y trabajo
en común, honramos a nuestros maestros siendo respetuosos en nuestro
trato, enterados en nuestros señalamientos y claros en nuestro estudio
de la enseñanza. Procuramos participar con una actitud guiada por la
sabiduría y sin egoísmos. Somos confiables en nuestros compromisos.
- Con otras
tradiciones
espirituales y religiosas, con personas ajenas a nuestras
comunidades o al Budismo, practicamos el respeto de sus puntos de vista y
tratamos de enterarnos de sus ideas para comprenderlas. No hacemos proselitismo,
aunque podemos compartir nuestro punto de vista sin propósito de
convencer. Evaluamos toda propuesta y postura en función de la
Enseñanza intrínseca, para comprender y encontrar caminos de buena voluntad para la convivencia y el
bien común. Mantenemos nuestra práctica y somos claros en
nuestros principios procurando a la vez ayudar. Recurrimos con
sabiduría a la aceptación de la
diversidad, la buena voluntad, la tolerancia y la convivencia pacífica
como nexo último con toda la vida.
- Somos buenos
ciudadanos,
basados en el principio del bien común, buscamos una forma de vida lícita,
aceptada por las costumbres de nuestras sociedades, útiles y cuidadosos
del cumplimiento de las leyes y los principios sociales de los países
dónde estamos. Por lo tanto, cumplimos
con nuestras obligaciones y exigimos nuestros derechos como
práctica ciudadana, siempre apegados a la Moralidad Budista y la
práctica de la tolerancia, el bien
común y la paz. Nos manifestamos contra la injusticia, la intolerancia y el
abuso en todas sus formas, pero siempre de una manera pacífica, legalmente clara y ordenada.
Como templo, no representamos ni nos adherimos a ninguna ideología
política, partido, causa o movimiento, respetando el derecho de
todos los adultos a escoger su postura personal, aquella que los
represente y convenga individualmente. Propiciamos acciones directas en
favor de todos los seres, con neutralidad compasiva y enfocadas en el
bien común.
- Divulgamos con
el ejemplo.
Sabemos que el Budismo ha sido, es y será una herramienta útil para el
bien de toda sociedad, compartimos
sin ánimo proselitista la Enseñanza. Cuando divulgamos nuestro
conocimiento y practicas toda persona
interesada puede acceder a ellas sin restricciones y sin ninguna
obligación ni demanda de pertenencia a nuestra religión. Como miembros del templo solamente aceptamos adultos
plenamente conscientes: con dominio total de su propia voluntad; independientes y autónomos;
que solicitan voluntariamente su ingreso. Aceptamos que los
participantes a nuestros eventos y servicios religiosos continúen con
sus tradiciones espirituales previas o familiares mientras no se hagan Miembros Conversos con Preceptos por
propia voluntad. Podemos enterar y hacer partícipes a jóvenes y niños de nuestras
actividades y filosofía, pero respetamos
el derecho propio y de su padres o familiares responsables,
para decidir hacerse
miembros hasta que sean adultos, por lo que solamente pueden acudir
acompañados de sus padres o tutores.
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